15.7.10

Salsipuedes

La plataforma de expresión de los que tienen el síndrome del Minotauro. Por un lado, no saben salir. Por otro lado, se comen a los que entran. Como buen monstruo, el destino del Minotauro es una soledad de vueltas y revueltas, de patios semejantes a otro patio y a otro. Sal, si puedes, con un poco de meditación, o de Freud o Lacan, o al menos de Carl Sagan (que es bueno para matar al provinciano que tenemos dentro), o del mismo Darwin (por ese asunto de la evolución). Querido Minotauro, los laberintos solo existen en la cabeza. ¡Arriba!

7 comentarios:

  1. Si están en la cabeza entonces se entran y se salen por arriba.
    Mirá lo que es entenderse laberinticamente que hoy postee en mi blog salsipuedes sin haber leido este post antes!
    Yo creo que todos somos un poco minotauro a veces.

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  2. se entran se salen se estrujan empujan...(estoy mucho con alemanes últimamente). un hilo de Ariadna por favor!

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  3. ¿Dónde estará nuestro hilo, nuestra Ariadna? Si el laberinto es la cabeza, Ariadna es el corazón.

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  4. Yo lo perdí este último mes y viene complicado el asunto. Es peor que cuando los duendes me escondieron las pantuflas!

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  5. Y eso que lo de las pantuflas fue devastador.

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