... que añorar lo que nunca jamás sucedió.
Sería el blog de las amistades equívocas. Seguramente tendría un post con esta cita:
"Luego, alcancé sus manos con las mías por encima de la mesa y el apretón de sus dedos suaves y frescos me reconfortó."
(Fragmento de El juramento de los Centenera, de Lydia Carreras de Sosa, Buenos Aires: Edelvives, 2009.)
14.5.10
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario