La ridícula idea de no volver a verte. Nombre de blog, pienso. Título de
libro de Rosa Montero, dice Pablo. Estamos hablando apasionadamente de
cosas apasionantes (incluido el proyecto que nos une). Marie Curie le
dice eso a su marido ya muerto en una carta, me cuenta. Yo lo escucho,
ya apuñalada, por la idea, y porque mi autora favorita acaba de matar
electrocutada a Stephanie Potter en Still Lif
e,
5 minutos antes de que él llegue al bar donde nos citamos y estamos charlando. Estoy
dolorida, esa muerte es horrible, es ficción, pero es horrible (como
toda muerte; ay, con la empatía). Y lo que me di cuenta en estos días en
que estuve de fin de novela es que a Byatt le importan esas cosas que
solo a mí me importan y por eso "nos entendemos", y por eso la
recomiendo pero no hallo fans. A Pablo le va a gustar, a él también le
importan esas cosas otras (yo anoto su título, él anota el mío).
Todo esto sucede el mismo sábado mientras vos estás en el avión que te
lleva a tu nuevo país de residencia y yo pienso en la ridícula idea de
no volver a verte.